Es una planta herbácea anual de unos 20-30 cm de altura que pertenece a la familia Apiaceae, de la cual se extraen unas semillas aromáticas que son las que utilizamos como especia.
El comino crece bien si está expuesto al sol y en un terreno calizo y arcilloso, fértil y bien drenado, con pH neutro y no demasiado rico en nitrógeno. Esta planta se adapta bien a climas cálidos y es resistente a las bajas temperaturas. Siembra en la primavera y transplanta a una distancia de entre 7 y 10 cm.
La recolección debe realizarse a finales del verano, antes de que los frutos maduren y caigan de las plantas. Se cortan las umbelas enteras o bien el tallo de la planta por la mañana, para luego secarlas en un lugar fresco y sin humedad, encima de una tela durante dos o tres días.
El momento de la cosecha es cuando las plantas están tiernas y los frutos no están completamente maduros y comienzan a volverse amarillos.
Lugar y año de cultivo: Puig de la Bauma, Mura 2018
Su sabor es amargo y su olor fuerte y dulzón. Se le vincula con la cocina hindú, ya que está presente en el curry, y a otras gastronomías, como la española, en la cual se ha vuelto un ingrediente indispensable.
Es originaria de la zona mediterránea, se cree que de Egipto o Siria, lugar en el que se empleaba como producto gastronómico y medicinal.
Inicialmente, fue utilizado para dar sazón a las carnes y a los guisos, así como para embalsamar a los muertos. Asimismo, el comino fue utilizado por los babilonios como una droga y su uso llego a extenderse hasta las culturas griega y romana, en las que se veneraba por su cualidad como conservante.
De esta manera, la popularidad del comino logró extenderse a lo largo y ancho del mundo, y hoy son muchas las culturas que lo incluyen en la lista de condimentos predilectos.
Es muy rico en vitaminas y minerales como el magnesio, el potasio, el fósforo, el calcio, el hierro y las vitaminas A y E. Ya que tiene un contenido considerable de hierro, este condimento resulta estupendo para subir las defensas y reforzar el sistema inmune, protegiendo al cuerpo contra los agentes externos que puedan desencadenar posibles enfermedades.
Para las personas con insomnio, el comino representa un posible aliado en contra de ese problema, ya que tiene la capacidad de actuar como un sedante natural, ayudando a conciliar el sueño más fácilmente.
Además, tiene una acción antibacteriana que ayuda a atacar los problemas bucales o dentales, como la placa, la gingivitis, las caries, entre otros, permitiendo mejorar la salud bucal.
Su poderoso efecto analgésico y digestivo ayuda a combatir las flatulencias y reduce la inflamación abdominal. De igual forma, ayuda a prevenir el cáncer de colón, ya que ayuda con la limpieza del mismo y lo protege.
Por otra parte, el comino tiene un potente efecto antioxidante, pues es rico en flavonoides y terpenos, y además ayuda a acelerar el metabolismo. También, mejora las secreciones gástricas, brinda mucha energía y nos hace sentir más fuertes porque, como ya dijimos, refuerza el sistema inmunológico.
Finalmente, como otra importante propiedad, encontramos que esta especia es un aromatizante natural, pues tiene un exquisito y fuerte aroma que impregna cualquier espacio.